El sector turístico no está al margen de lo que está sucediendo en el mundo. Evidentemente, el cambio climático nos impacta directamente, nos obliga a una adaptación constante, no solo por parte de las empresas, sino también por parte de los visitantes. Intentamos que todos vayamos juntos en esto. Cuando hablamos del turista, en nuestro caso, el cliente, aquel que nos visita, también tiene esta conciencia y esta transformación, ¿no es así? Como usted lo mencionó muy bien, la Agenda 2030 establece los Objetivos de Desarrollo Sostenible hacia los cuales debemos dirigirnos para mejorar el mundo, para asegurar que aquellos que nos sigan encuentren un mundo igual o mejor del que tenemos ahora.
Para lograr esto, los empresarios turísticos no han dejado de invertir ni de transformar sus establecimientos, especialmente en el tema que estamos abordando en este debate: el agua. La optimización de los recursos hídricos y el uso del agua para los visitantes son aspectos cruciales. Debemos entender que somos un destino que recibe alrededor de 5.5 millones de visitantes y genera alrededor de 20,220,000 pernoctaciones. Es evidente que estas personas consumen agua, al igual que quienes viven aquí. Necesitamos asegurarnos de que el consumo sea racional, dado que el agua es un recurso cada vez más escaso. Debemos ser conscientes de su uso y generar mecanismos para abastecernos adecuadamente.
Es esencial trabajar hacia un consumo responsable y un turismo sostenible. En los últimos años, hemos logrado reducir el consumo de agua por parte de los visitantes en un 50%, lo que es significativamente importante, ya que el consumo del visitante no difiere mucho del del residente. Esto nos lleva al debate sobre cómo manejar el aumento significativo de población que experimentamos durante todo el año como destino turístico de 365 días, con picos en verano y momentos de mayor capacidad de visitantes. Debemos ser capaces de proporcionar suficiente agua para nuestras necesidades con la inversión pública y tecnológica adecuada.
Se han implementado varias medidas, como instalaciones para el reciclaje de aguas grises, modificaciones en los sistemas de grifos y duchas para reducir el desperdicio de agua, y la automatización junto con la monitorización de datos en tiempo real para corregir cualquier desviación. Esto es crucial para detectar averías, necesidades o desperdicios a tiempo y tomar medidas correctivas. La monitorización en tiempo real con la tecnología actual es fundamental.
Finalmente, este debate sobre industria y turismo unidos por el cambio climático implica a todos, no solo a la industria turística y a los visitantes, sino también a los residentes y las economías locales. Debemos encontrar opciones para generar y regenerar agua y asegurar la continuidad del suministro, ya que la industria también depende de ello. Todos debemos trabajar juntos hacia este objetivo común.
Berta Cabré i Prim
Presidenta de la Federación Empresarial de Hostelería y Turismo – FEHT
Equipo de redacción